El miedo volvió a instalarse en Monteros, aunque ahora entremezclado con el enojo. Aunque al final del día hubo buenas noticias, ayer la irrupción del coronavirus desveló a la ciudad. “No es posible que después de tantos sacrificios, de tantos días de cuarentena, tengamos que volver a dar marcha atrás. Volver a estar con el ‘Jesús en la boca’. Y todo por un error inaceptable: el de haber permitido el ingreso de dos personas infectadas; y para colmo una de ellas sin residencia aquí”, señaló, molesto, Leandro Díaz.
En esa comunidad se vivía tranquila la nueva etapa de flexibilización del aislamiento social preventivo para evitar el avance de la covid-19. Pero la noticia menos esperada sacudió a todos. El caso de las dos mujeres de esa comunidad que dieron positivo de coronavirus volvió a poner en vilo a los vecinos, que sentían el alivio de un retorno paulatino a la normalidad.
La incertidumbre ganó las calles tras la confirmación oficial de los casos de una mujer de 79 años y de su hija (habían regresado en un colectivo desde Buenos Aires el 7 de junio pasado). Hasta el punto de que algunos comercios decidieron voluntariamente cerrar sus puertas con el fin de evitar la circulación del virus. Ayer no abrió la sucursal local del Banco Nación, por tareas de sanitización del edificio. En cambio, sí atendieron el banco Macro y la Caja Popular de Ahorros. En estas entidades se observaron grupos de personas que acudieron a cobrar beneficios sociales.
Personal municipal se encargó de que cumplieran el distanciamiento social y les alcanzó alcohol en gel. El intendente Francisco Serra, con el propósito de llevar tranquilidad a la población, manifestó durante la mañana que el Comité de Emergencia municipal que él encabeza “está trabajando sin descanso para brindarle a cada vecino la protección sanitaria adecuada” frente a la amenaza de la covid-19. “Tratamos de hacer cumplir el protocolo preventivo en vigencia. Cuando los ciudadanos no lo respetan ocurren situaciones como la que nos tiene preocupados ahora”, añadió.
Así respondió también a las críticas que recibió respecto de que el comité municipal fue negligente en cuanto a la vigilancia epidemiológica de las pacientes: cumplían cuarentena en la vivienda de una de ellas, junto con otros parientes.
El jefe municipal esperaba el resultado de una veintena de hisopados a familiares de las dos mujeres y a otros vecinos. “Si dan negativo sería muy bueno para la tranquilidad de la gente”, anheló el jefe municipal, en diálogo con LA GACETA. Su deseo se hizo realidad: el Ministerio de Salud provincial confirmó que los tests habían dado negativo.
Si el resultado era otro, Serra había anticipado que “lo más probable” era que Monteros retornase “a la fase anterior” de la cuarentena.
Demanda judicial
Temprano, mientras se ignoraba cuál iba a ser el resultados de los tests, Loana Abdala, nieta de la septuagenaria contagiada, confirmaba a través de su cuenta de Facebook que tanto su madre como su abuela habían dado positivo de covid-19 y estaban asintomáticas. Asimismo, alertaba a quienes habían acudido al negocio que tienen en su casa (venta de ropa) y fueron atendidos por su mamá. Les pidió que se comunicaran con el hospital, en caso de tener síntomas de coronavirus.
La joven había revelado además que su abuela vivía en Buenos Aires desde hace tiempo y que fue su madre la que consiguió, a través de Serra, un lugar para que viniera en un colectivo para estar con ellas.
Al respecto, el intendente dijo que Loana difundió muchas “barbaridades”. Luego de negar la versión, dio la suya acerca de la llegada de las mujeres. Explicó que “nadie puede ingresar al municipio sin la autorización previa de la Provincia”. Y añadió: “cuando se llega a Tucumán y el Siprosa decide el aislamiento en la casa de la persona autorizada, se firma una declaración jurada en la que esta persona asume el compromiso de respetar las disposiciones sanitarias vigentes. De lo contrario conspira contra la salud pública”.
Luego advirtió: “uno apeló a la responsabilidad de esa gente para que cumplan su cuarentena. Si no lo hicieron, vamos a requerir que la Justicia actúe con todo rigor”. Pero insistió en que antes de esa gestión esperará por el resultado de los hisopados que se practicaron a unas 25 personas que estuvieron en contacto con las infectadas. “De ahí definiremos las acciones a encarar”, resaltó.
Serra reveló que el negocio de venta de ropa no tenía autorización municipal, como tampoco el de venta de comidas de una de las nietas de la anciana. “Cuando se fue a inspeccionar nada hacía imaginar la existencia de un comercio”, afirmó.
Monteros fue la primera ciudad del interior en reportar un caso de covid-19 en marzo, a días de haberse iniciado el aislamiento social. El infectado fue un médico que había regresado de vacaciones desde Brasil y que, sin diagnóstico aún de la enfermedad ni realizar una cuarentena preventiva, había cubierto un turno en la guardia de urgencia del hospital de Concepción. Afortunadamente el caso terminó siendo el único y fue aislado con éxito.